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El denostado Russell Westbrook calla bocas… 1.757 días más tarde
El base de los Lakers termina sin perder un sólo balón 407 partidos despúes, la racha más larga de la NBA en los últimos 44 años

Russell Westbrook se ha convertido en receptor habitual de las críticas de millones de aficionados en todo el mundo. Un base siempre señalado que convive con ese aura de jugador maldito y egoísta que sólo mira por sus propias estadísticas (es el rey del triple-doble en la NBA) pero que no es una pieza que ayude a construir un equipo campeón.
A pesar de esa etiqueta los Lakers decidieron jugársela y apostaron por el MVP de la temporada 2017-2018 para complementar a LeBron y Davis y volver a luchar por el título que ya conquistaron en 2020. La apuesta era arriesgada y, de momento, no ha dado el rendimiento esperado lo que ha avivado las llamas de las críticas que le echan en cara que no era el jugador necesario para esta plantilla y que su estilo no se adecua a las necesidades de una escuadra que demandaba una mejor dirección y un juego más calmado.
Mi juego no se basa en fallar tiros o en si pierdo la pelota
Propenso a la precipitación y a la velocidad, uno de los aspectos que más se echa en cara a Westbrook es el poco control que tiene sobre el juego y la gran cantidad de pérdidas que acumula por partido (acumula 4.074 en toda su carrera; 4,2 por partido) lo que facilita muchos puntos al equipo rival.
Sin embargo, ante los Kings, el base ha podido callar la boca de todos sus críticas por primera vez desde el 14 de marzo de 2016. Después de 407 encuentros, la racha más larga desde que la NBA empezó a contabilizar las pérdidas en la temporada 77-78, Russell Westbrook terminó un partido sin perder un solo balón. Una estadística casi inédita en la carrera de un jugador maldito para una crítica que él no escucha: «Mi juego no se basa en fallar tiros o en si pierdo la pelota»
