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La increíble historia del ecuatoriano que terminó último, una hora después del ganador, la carrera de marcha en Tokio

Durante los últimos años, Claudio Villanueva afrontó una cantidad de infortunios en su vida personal y deportiva que tuvo que sobrellevar hasta que llegar a los Juegos Olímpicos

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JAPÓN.- En Sapporo, Japón, se desarrolló la competencia olímpica de los 50 km de marcha. Ya había pasado una hora desde que el polaco Dawid Tomala llegara primero a la meta y se alzara con la victoria, pero todavía un marchista continuaba en la carrera. Se notaba que estaba adolorido y, a pesar del calor – 31 grados y sensación térmica de 37–, recorrió en solitario los últimos 3 kilómetros despúes de que otros 7 competidores se retiraran porque no soportaron más el dolor muscular que una carrera como esa demanda. Las personas que veían la carrera en la calle animaban al último marchista para que concluyera la competencia. El deportista que llegó en último lugar, pero que fue un ejemplo de constancia se llama Claudio Villanueva, es ecuatoriano y su historia se asemeja a la dura carrera que logró en Japón.

Cuando Claudio llegó a la meta en Tokio 2020, levantó su mano hacia el cielo y no pudo contener las lágrimas. A pesar de que el equipo técnico de las olimpiadas lo esperaba con una silla de ruedas, con agua y hielo, Villanueva se alejó de ellos y se acercó hacía un parterre que dividía la avenida. Hasta el lugar llegó un miembro de la delegación ecuatoriana que lo abrazó y lo animó. Sus lágrimas, pero sobre todo su constancia conmovieron al mundo.

Villanueva tiene 33 años. Su madre es ecuatoriana y su padre, español. En 2005, cuando tenía 17 años, Claudio conoció al entrenador Luis Chocho, en Cuenca, la tercera ciudad más importante del Ecuador y cuna del marchista olímpico Jefferson Pérez. Desde ese momento, Chocho se convirtió en su entrenador y Villanueva se dedicó a la marcha atlética.

Apenas dos años después de convertirse en marchista, el padre de Villanueva, Paulino, desapareció en El Cajas, una zona montañosa a 30 km de Cuenca. Desde entonces, Claudio no sabe si su padre está vivo o muerto, sin embargo, no deja de buscarlo con sus propios medios y sus títulos deportivos se los dedica a él. “Papi, si estás vivo, para ti va esta medalla”, dijo Villanueva, cuando ganó en los Juegos Panamericanos de Lima, de 2019.

Como otros deportistas de élite del Ecuador, Claudio abandonó el país por falta de apoyo. Al tener la nacionalidad española, se mudó a Europa y continuó con sus entrenamientos como becario en el Centro de Alto Rendimiento en Barcelona, junto a José Marín. Una lesión de cadera hizo que por un tiempo perdiera la beca que luego pudo recuperar. Sin embargo, en marzo de 2012 volvió al Ecuador para acompañar a su madre, cuyo estado de salud empeoró.

Durante algunos años Villanueva compitió por España. En el Mundial de Atletismo de Moscú en 2013, donde se posicionó en el décimo octavo lugar, Villanueva participó con camiseta española. Al finalizar la carrera explicó: “Soy el primero de esta carrera de los que han nacido en Latinoamérica, pero represento a España, gracias a mi padre que es español. Mi madre es ecuatoriana. Hace cuatro años que compito con España, aunque ahora vivo en Ecuador y entrenó allí con Luis Chocho”.

Pero la pérdida de su padre y la falta de apoyo no es lo único que ha tenido que enfrentar el marchista. Según recogen varios medios ecuatorianos, para sostener a su familia, el atleta ha trabajado vendiendo frutas en el mercado, como taxista informal y vendiendo pasta artesanal a domicilio.

Además, Villanueva ha combinado el atletismo con los cuidados de su hijo Santiago, que a los pocos días de nacido sufrió de una enterocolitis necrosante, que ocurre cuando el revestimiento de la pared intestinal muere. El pequeño bebé también padeció parálisis cerebral y ceguera. Santiago y su madre Grace, según ha contado Villanueva, son su principal motivación en cada carrera. El año anterior, el hijo de Villanueva logró ponerse de pie por primera vez, lo que causó una gran alegría en el marchista.

En febrero de 2021, Claudio Villanueva se consagró campeón de 50 km en el Campeonato de España de Marcha. Allí obtuvo su marca olímpica que, de no ser porque se lesionó meses atrás –Claudio enfrentó una rotura en el isquiotibial, bursitis, tendinitis en sus dos rodillas–, le habría dado una medalla en Tokio. En la competencia de febrero su marca fue de 3:47:56, casi 3 minutos menos de lo hecho por el polaco Dawid Tomala que se llevó la medalla olímpica al hacer un tiempo de 3:50:08.

Horas después de obtener el triunfo en España en 2021, el entrenador de Villanueva, Luis Chocho, falleció por complicaciones por COVID-19. En sus declaraciones después de la carrera de Tokio, Villanueva dijo que fue su entrenador el que le enseñó “que nunca hay que rendirse”. Además, dijo que fue muy difícil competir “con una sola pierna” y que su sueño era tener una medalla para dedicársela a “Luchito”, como le decía a su entrenador.

A pesar de los obstáculos que ha tenido que superar, a pesar del dolor físico y emocional, Villanueva se preparará para París 2024, donde espera obtener mejores resultados, porque como él ha dicho: “Quedé en último lugar, pero a mí me sirve de mucho ya que me levantaré más fuerte”.

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